Struendo conoció el graffiti cuando era apenas un niño en el barrio en el que vivía: Pantitlán; inició su carrera como escritor en el 2005, y desde esa fecha hasta ahora no ha parado
Por: Miguel Flores/KlandestinoTV
Struendo es uno de los exponentes del graffiti ilegal más reconocidos, no solo en la Ciudad de México, sino en todo el país. En entrevista para KlandestinoTV, el también luchador profesional cuenta que el personaje de Struendo fue primeramente dirigido justamente al deporte que practica desde hace más de 20 años: la Lucha Libre.
“Cuando ya estaba por comenzar mi carrera como luchador, a un par de meses de mi debut como amateur, ya tenía yo unas ideas, la idea principal era Sid Star, que era como una serie que veía mi papá de un caballo que se llamaba Sid, y pues esta era como complemento. De repente mi papá empieza una lista de nombres, y en esa lista aparece Estruendo, con E, y mi papá me lo propuso por la hiperactividad que yo tenía de adolescente; cuando lo vi, me impactó, y hasta la fecha (lo conserva)”, cuenta.
Struendo conoció el graffiti en el año de 1998, en el barrio en el que vivía: Pantitlán, que según sus propias palabras, es la cuna del graffiti en la Ciudad de México.
“Imagínate, ahí estaba York, Lord, Nois, Bitch, Dreik, Kipe, para mí fue una referencia desde sexto de primaria muy fuerte, comencé a hacer tags de repente, raramente tenía un tag que era Strip, muy parecido a Stru, sin tener idea de lo que podía pasar años después. Yo creo que fue una carrera como de cuatro meses de hacer graffiti y me enfoco en mi carrera luchística. En el 2004 me vuelvo a encontrar a todos estos compas, con los que en algún momento conviví y admiré, específicamente York, y mi inquietud por los stickers, mi inquietud por hacer graffiti hace que retome, de ahí sale, pero ya tenía el personaje de Struendo, entonces ya fue muy fácil adaptarlo, y yo creo que oficialmente desde 2005 hasta hoy, es que llevo de carrera como escritor”, narra.
Recuerda que su primer contacto con el graff fue de niño, cuando, luego de vivir en la colonia Moctezuma, se fue a vivir a la colonia Arenal en 1993, lugar en el que vio unas letras enredadas de color blanco con negro que no sabía lo que decían, pero que los impresionaron y dejaron una huella en él. Tiempo después supo que esas letras eran de York.
“En ese momento no había graffiti, para mí fue muy impactante, después vi, había un punk como de tres metros pintado, también por la Arenal, este creo que lo había hecho Conde, de ahí de la colonia, y ya empezaba a haber bombas de Opse, ya empezaba a haber graffiti muy crudo, de dos colores, esas fueron mis primeras referencias en el graffiti, por ahí del 94, pegado al 95”, señala.
Struendo cuenta que su profesión luchística y el graffiti se mantuvieron separados por muchos años, pues, dice, la Lucha Libre es un deporte muy celoso. “En el inter de mi carrera, en los dosmiles, yo tenía un poco de temor de que no fuera bien visto: ese güey está pintando las calles. El luchador siempre es como que el fuerte, el héroe, entonces yo tenía un poco de temor de que se me viera como vándalo también, entonces me mantenía despegado. El luchador (de los stickers que comenzó a pegar) no se llamaba Struendo, era conocido como “el de los luchadores”, entonces lo mantuve separado, de repente en (la red social) Fotolog se empezó a difundir el trabajo de todos, yo creo que MySpace y Fotolog, los primeros que empezaron a distribuir los trabajos en redes sociales, y ya era inevitable conocer más graffiti por la red. Luego hice, en el 2009, un documental argentino que se llamó Paredes que hablan, y creo que ahí fue un poco la expansión, fue ahí cuando ya se me preguntaba mucho: oye ya viste que hay un luchador que se llama Struendo, o en la lucha me decían: oye el graffitero que se llama Struendo qué pedo, entonces había gente que creía que eran dos personas diferentes, y llegó un momento en que fue inevitable. Con la llegada de Facebook fue prácticamente inevitable.
“El Negro Casas, mi padrino, me decía: 'este personaje tiene que explotarse', él fue el que me bautizó como el Luchador graffiti, me decía: tiene que explotarse, tiene que salir a la luz, yo lo seguía manteniendo un poco así, y en pandemia cuando ingreso a DTU, Crazy Boy me dice: 'en DTU tiene que estar el Luchador graffiti', entonces DTU y Crazy Boy me impulsan a hacerlo público, a hacer ya del Luchador graffiti una realidad, y bueno hoy ya son casi 4 años que decidí mezclarlo oficialmente”.
Para Struendo, el graffiti lo ha hecho crecer como persona y como creativo, además de que, señala, aunque aún no es tan bien vista esta práctica, le da de comer, pues trabaja y gana dinero de él. Cuenta que ha tenido la oportunidad de trabajar en otros países y se ha dado cuenta de que la escena es más unida en otras partes del mundo. “La escena es de, si este compa hizo una chamba para tal marca, es como de: 'a huevo güey, la estás rompiendo', y aquí en México es de, si hiciste algo para tal marca: 'este güey ya se vendió'; entonces siento que ahí estamos todavía un poquito retrógradas, pero la verdad yo le estoy muy agradecido al graffiti, me ha posicionado en una forma en mi vida en la que me ha dado seguridad, en la que ha reforzado mi personaje, me da de comer, yo tengo una hija, tengo una familia, mi esposa y mi hija, y gran parte de mi ingreso, de mi aporte a la familia, pues es por el graffiti”.
Origen del sticker "Cuídame de los culeros"
Además de hacer graff en las paredes de la ciudad, y otras partes de México, Struendo pega stickers. Uno de los más representativos es el de una imagen de la Virgen de Guadalupe que trae la frase Cuídame de los culeros. Cuenta que él es creyente de la Virgen de Guadalupe, sin embargo, no cree en la iglesia ni tiene religión, e incluso, está consciente de que la Virgen de Guadalupe no existe, pero es una fe y una cuestión espiritual la que le hace creer en ella, y le gusta el concepto de que es una virgen mexicana. “Yo por eso creo, bueno, si no creo, tengo fe en ella, a mí me da ese descanso, es algo como no fanatismo, y con el tiempo hice una virgen, le puse El Struendo, en 2016, un sticker que pegaba, después le quería poner era protégeme o cuídame, y la primer idea que tuve fue: Cuídame de los ojetes”.
Dice que platicando con su esposa, realizó dos diseños, uno que decía Cuídame de los culeros y el de Cuídame de los ojetes, pero su esposa le dijo que estaba mejor la primera frase, pues era más mexicana la palabra, y de esa manera fue como nació dicho sticker en 2017.
“Hoy en día es un diseño que sirve para la calle, y que también funciona como trabajo para mí”, señala, pues con el tiempo comenzó a hacer merch con dicho diseño.
Él prefiere el graffiti ilegal. “Con todo el respeto para mi banda legal, porque a ellos les prende eso, el mezclar colores, el salir, fondear, buscar las bardas, a nosotros nos prende como el salir de día, buscar la barda específica, estar buscando como la adrenalina, yo creo que cada escritor tiene su adrenalina, es muy respetable, pero a mi gusto, pues el ilegal es el chido”.
Al estar pintando, tiene muchas emociones encontradas. “El estar rellenando una bomba y tener el corazón a 180, escuchar de repente la sirena y saber que todavía tienes medio minuto más para adelantar, pues que puede pasar un coche que te grite ¡A huevo!, o que te miente la madre, que te avienten algo, el gusto de estarlo haciendo con los amigos, que sabes que puedo salir yo con Siler y estamos pintando los dos al mismo tiempo, con Nave, con Suitens, y que podemos estar pintando y Siler me está preguntando: ¿Cómo va la familia? Estas haciendo un legal y estás platicando ¿Cómo vas tú, hermano, cómo va el trabajo? Creo que eso es algo que me gusta del graffiti, la hermandad que crea y la adrenalina que representa para nosotros”.
HCNK y Hardest, los crews a los que pertenece
Struendo pertenece a dos de los crews más fuertes de México en cuanto al graffiti ilegal: el HCNK y el Hardest. Cuenta de manera exclusiva a KlandestinoTV la manera en que llegó al Happy Cool Nice Kids. “Yo había tenido la oportunidad de pintar con el crew ya unos meses, y de repente nos vamos a pintar el Metro, allá a Pantitlán, nos fuimos Dunk, Siler y yo. Llegamos en la mañana, 10 de la mañana, nos subimos a la ballena, estudiamos un rato, comenzamos a pintar, hicimos unas bombs de colores increíbles, una de las mejores mañanas de mi vida, coronamos el spot, nos salimos, íbamos caminando sobre Canal de Pantitlán, y me dice Siler: 'oye carnal, queremos hablar contigo, te queremos invitar al HCNK'. Yo ya conocía a Dosis, a Carpa, al Bobby, ya tenía yo algunos representantes del crew y cercanos, porque ya llevaba pintando con ellos; no lo dudé dos veces, obviamente, yo ya pintaba con ellos, entonces desde ahí en ese momento, me acuerdo que bajamos y todavía pintamos una caja de tráiler para poner el crew por primera vez en una bomba, y así fue como se me dio la invitación. Gran parte de crew no nada más los considero mis amigos, los considero mi familia, tengo, en su momento Dosis, que era parte del crew, que es mi mejor amiga, en Nave, el TMR, el Siler, grandes grandes amigos, con todos ellos he creado una amistad diferente y una hermandad y así es como llego, ya son 15 años de pertenecer al Happy Cool Nice Kids”.
Para él, es un gusto pertenecer a este crew, pero principalmente, dice, se conocen todos y si en una ocasión no están pintando, pueden encontrarse en una comida, en Navidad se ven para darse el abrazo, para comer. “Yo puedo verme con Siler, a lo mejor, dos o tres veces para comer, aunque no pintemos, igual a Nave, con él puedo pintar, puedo caerle a la barbería del Juse, o sea, no precisamente tiene que ser graffiti, eso es lo que me gusta del crew, que hay una hermandad”.
Señala que con el otro crew al que pertenece, Hardest, con el exponente York, es una hermandad de más de 20 años. “Yo siempre lo digo, mi mentor en el graffiti, una persona que también me estimuló mucho a fusionar la lucha y el graffiti, y para mí es un gusto ser parte del Hardert y del HCNK, hoy en día creo que son dos representantes muy grandes del graffiti, y para el escritor de graffiti, el crew es un respaldo, entonces creo que se complementa esta parte”.
Su retiro de la Lucha Libre
Struendo está pensando en el retiro, pero no del graffiti, sino de la Lucha Libre, pues, dice, ya está cobrando factura en su cuerpo el dedicarse por 24 años a este deporte tan exigente. “Hoy en día tengo lesiones que ya me están pesando, y está en puerta, pero el graffiti creo que es algo raro, porque en él puedes llegar a la edad de York, Watchavato, que están cerca de los 50 años y siguen haciendo lo que les mama hacer, viviendo de esto también, entonces yo me veo como un adulto de 60 años, saliendo con mi hija de 15 en ese momento mas o menos, saliendo a pintar, saliendo a pegar stickers, yendo a entregar merch, yendo a las convivencias, a firmar black books, a cotorrear con la banda, yo creo que voy a ser un veterano de guerra del graffiti”.
Recuerda varias experiencias que ha pasado haciendo graffiti, que aunque han estado relacionadas con golpes y corretizas, dice que las verdaderas malas experiencias son que se meten el pie entre los mismos escritores de graff. “Está bien cabrón lo que te voy a decir. Mala experiencia, podría hablarte de que nos agarró la tira, de que nos metió unos putazos al Siler y a mí algún día, de que estaba en un aéreo con Dunk y con Siler en la calle de las novias en el Centro y nos bajaron a punta de metralleta (…) nos tenían apuntando con las metralletas pensando que nos queríamos meter a robar al negocio, y estábamos graffiteando. Siler muy astutamente saca los botes y les enseña, como que se calman, nos bajan, pero tener a 15 cabrones apuntándote fue muy impactante.
“Alguna vez a Siler, a Dosis, a Carpa, a Dunk y a mí nos corretearon en la Merced, así los chacalones, como 20, y yo iba corriendo con Dosis de la mano, ella decía: 'ya no', yo la seguí jalando y le decía:' paramos y nos van a dar una putiza de muerte', porque sabes que te agarran, patiza, y no sabes si la cuentas, y creo que son cosas como las que te hable de la Lucha Libre, el graffiti no te debe nada, tú decides estar en esa escena, tú decides estar ahí”.
Señala que a pesar de eso, esas no son experiencias malas, pues una experiencia mala en el graff, para él, es que la escena del graffiti tiene la parte en la que el mismo graffitero se pone el pie. “El mismo graffitero se echa tierra, el mismo graffitero se echa mierda, eso creo que es una mala experiencia que me ha dado el graffiti, ver a gente que no aporta, que al contrario, quita, y eso pasa en todos lados, en cualquier trabajo, pero no está chido que pase en la escena del graffiti”.
El apoyo de su familia ha sido fundamental
Sus padres siempre lo han apoyado en todas las decisiones que toma, por ejemplo, cuando les dijo que quería ser luchador, lo respaldaron a pesar de todas las consecuencias que ello traía, algo que siempre que tiene la oportunidad les agradece. “En el graffiti igual, les di esa inquietud, mi mamá era como de: chin, y mi jefe igual, de que te vas en las madrugadas, pero es un ejemplo que a mí me dejaron también para con mi hija, apoyarla en todo lo que ella quiera hacer, y sí sabe mi familia, mis primas, mis primos siempre apoyan también, siempre que en el coche traen el sticker, que en la computadora, también mis tías, mis tíos, la verdad es que he sido bendecido en esa parte, igual mi hermana, cuando estuve en Canadá donde ella está, me acompañaban a poner uno que otro (sticker), el apoyo la verdad siempre ha sido fundamental, y estoy muy agradecido con mis amigas, amigos, tías, tíos, primas, primos, mi mamá, mi papá, hoy en día mi esposa y mi hija que me apoyan para poder seguir mi carrera”.
El graffiti, para él, puede ser tanto arte como vandalismo. Señala que el origen del graffiti es el vandal, sin embargo, hay otras vertientes, como mural, stencil, stickers, entre otros. “Yo creo que la evolución la tenemos que permitir, hoy en día el graffiti puede ser una instalación, puede ser una bomba, yo creo que hoy en día tenemos esa oportunidad de poderlo mezclar, de poderlo hacer más versátil”.
Tanto el graffiti, como la lucha libre, le han dejado grandes amistades y grandes momentos para recordar.
Cuenta que a las nuevas generaciones las ve “chido” y “acelerados”. “Ojalá que siga habiendo graffiti a lo cabrón, así como yo empecé, que te dije que empecé a hacer tags, y dejé, así ahorita hay banda que llega a la secundaria, ves al graffitero del salón y tú también empiezas a pintar, y de esos 20 graffiteros, quedan dos reales, los que siguen haciendo, lo veo chido, también veo que hay banda que le quiere pegar más a la red social, al YouTube, al TikTok, quieren hacer dinero de esto, y lo veo chido, veo que hay banda que no quiere esperar, que ya quiere ser famosa en dos, y es la evolución, yo creo que todo lo que venga hay que saberlo aceptar y es como va evolucionando cada escena”.
Concluye la charla platicando que se acostumbró mucho a pintar en el día por los stenciles que plasma en los muros, pues en la noche no ve bien como quedan, por lo que empezó a hacerlos de día, y luego también se acostumbró a hacer bombas con la luz del día.
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