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Video. Tysa: representando a las mujeres dentro del graffiti mexicano desde hace 18 años

mikefloresm93

Tysa comenzó a hacer graffiti cuando apenas tenía 15 años. Actualmente son ya 18 años en la escena, aunque también ha incursionado en otras actividades, como el tatuaje y la repostería


Por: Miguel Flores/KlandestinoTV


Tysa es el sobrenombre con el que Paulina decidió firmar su arte callejero. En entrevista para KlandestinoTV, cuenta que cuando entró a la escena del graffiti, elegir un sobrenombre era muy importante, pues es una especie de bautizo. “ Es el único apodo que he tenido, me lo puso un maestro que era español, me puso Tysa porque siempre estaba robándome los gises y se me notaba, porque ves que mancha un chingo, y entonces me decía Tysa, y me acordé y dije: cuatro letras, está sencillo, va, y lo adopté”, explica la artista.


Ella llegó al graffiti cuando cursaba la prepa en el CCH Vallejo, escuela en la que tenía la opción de entrar o no a las clases. “En ese contexto había chavos que se juntaban en las canchas a pintar, y desde donde tomaba clases los veía; yo no sabía nada de graffiti, pero cuando los vi hacerlo dije: está bien chido, es pintura, entonces un día me animé a ir a preguntarles qué onda, y ellos se sacaron de onda porque no hay muchas mujeres en ese entorno, y menos hace 15 años”.


Dice que comenzó a tener un diálogo con ellos y cuando vieron que ella estaba interesada en aprender les pareció “chido” y la “adoptaron”. “Empecé a tener ese entorno, empecé a irme con puro vago a pintar, dejé de entrar a clases para aprender el aerosol, y así fue como poco a poco entré en este mundo”.


Tysa lleva 18 años en el graffiti. Comenzó cuando tenía apenas 15 años. Actualmente cuenta con 34.

Graffiti, repostería y tatoo


Luego de dedicarse a pintar con aerosol, incursionó en otras actividades artísticas, como el tatuaje y la repostería. Dice que estos tres mundos son cosas totalmente diferentes. “En mi caso, yo me aburro muy rápido, y suelo ser muy obsesiva con lo que me interesa, pero también cuando ya tengo la técnica sí me aburro, me deprimo horrible, o sea, me tengo que estar cuestionando todo el tiempo mi creatividad y mis intereses para poder concretar lo que quiero decir”.


Cuenta que ha ido experimentando, saliéndose de sus zonas de confort, pues sabe que es lo que toca. “Yo quería aprender bien a expresar qué tipo de artista soy, necesitaba experimentar con otras (técnicas), porque el spray, pues me encanta, y es de mis técnicas favoritas, pero también en algún momento, cuando la dominé, no fue lo que yo esperaba, entonces dije: tengo que buscar más, y empecé con esos diálogos más profundos para mi educación, mi autoeducación, entonces, son muy diferentes por completo, son escenas totalmente distintas, lo que tenían en común era que son espacios aparentemente creativos, donde hay chance de cuestionar lo que se va a crear, y ya, pero la neta el tatuaje, aunque parece muy ligado al dibujo, tiene otras líneas bien profundas de información que ni te imaginas, casi como un doctor, aprendes sobre la sangre, sobre la piel, cosas que ya no tienen nada que ver con la pintura, y en la repostería, es un mundo que tiene también años desarrollándose, y es muy difícil moverse ahí”, explica.


De estas tres técnicas, dice, su favorita es el aerosol, y si le pagaran lo que quiere por pintar con spray, solamente se dedicaría a eso, sin embargo, le gustó que no fue así, pues está muy agradecida con las otras técnicas que ha aprendido, además de que todas las disfruta mucho. “Mi regla para meterme a aprender algo es disfrutarlo, siento que es muy importante, porque te va a absorber tu vida, tu tiempo, entonces más te vale que lo estés disfrutando, porque si no va a ser un infierno”.


Conocer varios lugares gracias al graff


El graffiti la ha llevado a conocer otros lugares fuera de la Ciudad de México, de donde es originaria, tanto en la República Mexicana, como en otros países. “Primero pinté mi escuela, luego alrededor de mi escuela, luego el barrio de al lado del barrio de mi escuela, luego en mi casa, pinté mi barrio, y el barrio de al lado, y así hasta que conocí D.F., y luego fui al Estado de México, y luego me fui a Puebla y luego a Hidalgo, y así hasta que conocí gran parte del país, obviamente me faltan varios (estados), pero así he conocido casi todo el país, y después de eso empecé a viajar a otros países, porque también me empezaron a invitar a festivales, y he ido a un montón de lados, he estado en Barcelona, Madrid, Colombia, Ecuador, he ido a Japón, he tenido la chance de poder viajar y de poder mirar las otras escenas y de poderme retroalimentar todo eso.


“Creo que eso es lo más bonito que me ha dado el graffiti, la posibilidad de hacer un intercambio directo por respeto, porque no nos conocemos, pero nos respetamos lo suficiente como para hospedarnos, y hacernos más viable y real como latino viajar a Europa o Japón o a donde sea, entonces creo que eso si es bien real, ahí sí para que veas, eso lo tengo más claro ahí que en el tatuaje o la repostería, en el graffiti si hay códigos de calle, se valora mucho entre los graffiteros y graffiteras el esfuerzo, porque casi siempre es muy independiente, entonces las escenas de graffiti han crecido porque esa gente invirtió en el graffiti, pero no es que al mundo le importe, entonces se valora mucho entre nosotros eso, y por eso muchos graffiteros podemos viajar”.


Para ella, siempre fue un sueño viajar a Japón, y cuando lo logró por primera vez, lo hizo para presentar una exposición individual, algo que para ella fue “alucinante y una locura”. Gracias a esa exposición en el país asiático, se hizo de un manager allá, lo que le permitió presentar otras dos exposiciones. “Creo que Japón ha sido un sitio que me ha enseñado muchas cosas y que me ha influenciado de manera súper aguda en mi gráfica y en mi existencia, pero también, en todos los países a los que he ido he aprendido un chingo y he hecho carnales por todos lados y amigas, eso es lo bonito del graffiti también, que ya es un movimiento mundial inmenso”.


Graffiti igual a diversión


Tiza explica que el graffiti en sí, para ella, es solo muy divertido, pues depende de los valores que te inculquen en casa y de otro tipo de privilegios y cosas para poder hacer de tu experiencia en él algo increíble.


Cuenta que necesitas mucha información, porque la lógica del por qué muchos de los escritores de graffiti comienzan en la calle a pintar, es porque muchos de ellos no tienen los recursos para estudiar una carrera artística, además de que vienen de lugares muy hostiles donde el arte no es tomado en serio.

“Bajo ese contexto se pone bien interesante, todos los aprendizajes que te dejan de salirle al toro solo porque tienes actitud y ganas, pintar con aerosol es muy caro, y creo que eso es algo que la gente que no pinta no toma en cuenta, siendo de América Latina, más caro, entonces, es un lujo pintar, y es un privilegio tener tiempo para pintar, y ya es casi un sueño que te paguen por pintar, entonces creo que me ha dejado muchas lecciones sobre la lealtad y sobre el amor propio, porque también es un camino muy hostil, es una escena muy machista y muy limitada, o sea, dentro de que hay muchos genios pintando, también hay mucha gente que viene de lugares bien darks.


El graffiti, su base es destruir, es vandalizar, y esa es la base, y todos le pasamos por ahí, bueno, los de mi generación, le pasamos por ahí para poder acceder a los muros legales y a las oportunidades, pero el origen del graffiti viene de un enojo colectivo, de unas ganas de expresarte bien cabrón sin necesidad de lo estético ni del arte ni de nada de eso, simplemente es una actitud filosa, y eso es lo que compartimos en esa escena, ya que tú lo desarrolles y lo lleves a otro sitio, depende de ti y de la formación que tengas, porque ahí te va a afectar todo, si tienes formación académica artística, se va a notar, si tienes formación de cualquier tipo, se va a notar, porque solo se enriquece, pero la escena del graffiti en México y el mundo es un poco hostil, ya te dije, hay un contexto social, entonces, pues ese es por qué hay muy pocas mujeres pintando, porque estoy en un país feminicida, a mí me tocó todavía de ride e hice muchas locuras que cero le recomendaría ahorita a una morra, entonces, el graffiti me ha dejado lecciones muy severas, me ha dejado tener una autoestima muy alta porque me costó mucho trabajo dominar la técnica, y el día que la dominé te aseguro que mi vida sí cambió 100%, me sentí súper poderosa porque entendí que valió la pena tanto esfuerzo, nada me da lo que me da el graffiti, y eso está bien rico”.


La artista dice que al graff también le agradece ser la artista que es hoy, además de que le hizo soñar con cosas que nunca hubiera podido fuera de él, y le hizo alcanzar muchas cosas que nunca se habría imaginado. Por ello, dice, siente cierto amor por el spray como herramienta de poder.


El tatoo llegó a mi vida, no al revés


Tysa, como ya se comentó, también se dedica al tatuaje. En este sentido, señala que el tatoo fue el que llegó a su vida, y no al revés. “A mí me gusta pensarlo así. Yo estaba en un trip bien feo, emocional, estaba muy deprimida, estaba harta de hacer pasteles, y yo veía que todo mi entorno se ponía a tatuar, y la neta es que yo me tardé mucho tiempo en decidirlo, me dio mucha inseguridad porque me pareció una responsabilidad de otro nivel dejar marcas en la piel de la gente permanentes, además no veo bien el color rojo, y eso también me causaba ciertos, pues dudas, el chiste es que un día en la vida me sorprendí y todo mi entorno tatuaba, entonces lo más sencillo que pude hacer fue pillar la máquina y ver qué pedo con ella, y en cuanto hice un par de tatuajes, dije: güey, esto está increíble, y lo más importante de todo, empecé a generar un dinero que nunca había generado tan rápido con mi arte, entonces, considero que es de lo más justo que me ha pasado porque desde que tatúo puedo pagarme yo mis propios proyectos, puedo tener una vida real, rentar donde yo quiero, hacer lo que yo quiero”, explica la artista.

Comenta que actualmente la sociedad no aprecia un cuadro, pero si aprecian lo que está en la piel, porque se trata de un tema de estética, y todo lo que tenga que ver con la belleza siempre dejará dinero.


“Para mí, el tatuaje es un ritual de dolor, es súper hermoso, y creo que los que tatuamos somos el puente entre la sangre y la tinta, entre mi intención y la tuya, se pone bien intenso, no por nada tenemos, desde que existimos como humanos, marcándonos la piel, entonces el tatuaje llegó a mí, y yo lo pillé, y lo dejé entrar y nos hicimos hommies, ahorita tengo cuatro años tatuando”.


Actualmente trabaja en un estudio de tatuaje llamado Chulo Estudio, que se encuentra en la colonia Nápoles, al sur de la Ciudad de México.


Pensar en el futuro


Tysa nunca piensa en el futuro. Así lo explica ella. Por ello, no ha pensado en dejar el graffiti algún día. “Se me ha ido gente de un día para otro, no soy tan ambiciosa, mira, lo que sí pienso es: amo pintar, y eso me es suficiente, ya me vale un poco si es con aerosol o con pincel, o un tatuaje, amo pintar y mientras mi mente y mi cuerpo me den para eso, seguramente estaré pintando”.

A pesar de ello, dice, se ha dado “breaks” con el aerosol, pues actualmente le da prioridad a su salud mental, más que a cualquier técnica, pues, considera, ya no está para demostrarle nada a nadie, solo hace lo que puede porque quiere, le gusta, y lo ve como sus responsabilidades.


“Prefiero agradecer todos los días, y cada vez que pueda pintar, pintar y hacerlo con gusto”, comenta.


Referente a sus dibujos, que son de un estilo muy único, comenta que ella tiene dibujando desde que es niña. Explica que su proceso creativo es interpretar todo lo que considera importante de dejar documentado, “de así viví yo y esto fue lo que vi, lo que sentí, entonces me inspiran cosas bien sencillas, las personas, el clima, trato de no hacerme tan difícil eso, porque me gusta que sea muy honesto y muy del día, por eso he tenido un proceso muy largo, y por eso muchos estilos por los que he pasado, hasta encontrar uno con el que realmente me pueda comunicar, hacerlo complejo para mí pero fácil para los demás, no creo que debamos limitarnos nunca, pero si tenemos que tener bien clara cuál es nuestra línea, que siempre sea a nuestro favor”, explica.


Comenta que no ha visto un cambio o una evolución en los años que lleva pintando en la escena, refiriéndose al machismo que impera en ella. “La escena es machista porque, güey, hay 60 cabrones al lado de tres mujeres intentándolo, pero eso es todos lados, yo sé que no nada más en el graffiti, en cuanto a la evolución de las morras, pues simplemente ya son otras tres generaciones pintando, obviamente, tan solo el uso de las redes debe ser horrible para ellos, yo agradezco un chingo que cuando empecé a pintar, mis referencias eran de Fotolog, alguien que subía solamente su obra, no su vida, era muy limitada la info, yo veía a la gente que admiraba en revistas, y para comprar una revista tenía que ahorrar y, para un libro, pues el doble, entonces, siento que ahora hay un boom de fantasías que les venden con este tema del spray, creo que nadie es honesto, es un lugar difícil para quien sea, es una putiza pintar, y es muy difícil entender y controlar un spray, entonces, creo que sí ha cambiado porque hay mucha más información, hay muchas más morras intentándolo, pero también la ciudad es más peligrosa ahora que hace 10 años”.



Por el tema de la inseguridad, Tysa dice que no le gusta animar a las chicas a que salgan a pintar, mejor les dice que si tienen ganas hacerlo, lo hagan bien, y lo estudien chido. “Que no lo hagan solas porque esta madre no está para eso, entonces, si ha habido una evolución pero mínima, todavía hay mucho que chambearle ahí”.


Tysa agrega que si hay alguna chica que tiene la intención de pintar, que se formen bien y se acerquen a las graffiteras que hay. “Es mejor que lo intentes a que no lo intentes, ninguna de las (graffiteras) que yo conozco deseamos que pases lo que nosotras, creo que la responsabilidad de los que ya sabemos pintar, es transmitir eso, porque si no, las escenas se van pudriendo si las técnicas no van subiendo, y si tú ya tienes 20 años pintando, y te aburre lo que haces, güey, dedícate a otra cosa, es nuestra responsabilidad mantenernos activos y seguir evolucionando, porque, pues ahorita tengo este tiempo pintando, pero en 10 años va a ser el doble, ¿Y qué? Si no se nota en lo que hago, en mi persona, solo es tiempo, hay gente que evoluciona en un mes, yo los he visto, hay banda que del día uno que agarraron un aerosol, al mes ya le están dando, y hay banda como yo que se tardó ocho años en entender la técnica, y no pasa nada, todo tiene su proceso, entonces, es sin desesperarse, y estudiando todo el radar, la mitad de lo que ves internet es falso, muy poca gente en este país vivimos de pintar muros, muy poca, los conozco a todos, nada más que lo hagan bajo una conciencia, te tiene que gustar, porque si buscas dinero, olvídalo”, concluye la entrevista.


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