Bager es integrante de uno de los crews ilegales más importantes de México desde hace un par de años; lleva más de 15 años pintando
Por: Miguel Flores/KlandestinoTV
Bager no recuerda por qué comenzó a pintar con ese seudónimo. “No sé si sea por vago, o por verga”. De lo que sí está seguro, es de que pertenecer a uno de los crews de graffiti ilegal más importantes de México, e incluso de Latinoamérica, desde hace un par de años, le da un orgullo muy grande. Y es que es parte del emblemático HCNK, el crew al que pertenecen grandes leyendas del graff ilegal como lo son Peen, Siler, Serno, Fosne, entre otros.
En entrevista para KlandestinoTV, el escritor de graffiti ilegal cuenta que lleva 15 años dedicándose a pintar los muros de las calles con su sobrenombre, siempre de manera ilegal. Es originario de la ciudad de Guadalajara, capital del estado de Jalisco, sin embargo, actualmente radica en la capital del país, la gran Ciudad de México.
Bager comenzó en el graffiti desde el año 2007, y empezó a pintar por influencia de amigos de su secundaria. “Iba a la porra de mi equipo y empezaba a apuntarme en las calles, el darme a conocer, tenía otros alias, otros seudónimos, hasta que quedó el de Bager”.
Pertenece al HCNK desde el 2021 gracias a su trayectoria. “Estoy en el HCNK por la hermandad que he tenido con los integrantes, Siler, Serno, Dunk, Elou, que fueron los primeros que he conocido, y ya con los años se va generando la hermandad, se va generando el pedo de te conozco más, eres mi compa, eres mi carnal, te ofrezco de comer, te invito a mi casa, va como subiendo la amistad más que nada.
“Entré al HCNK cuando Serno fue a mi casa y estuvimos platicando, le ofrecí mi hogar, fue unos días y le pedí la oportunidad a él, él ya lo habló con los demás y se dio la oportunidad de estar en el crew”, cuenta.
Sin embargo, conocía a Siler y Dunk desde el año 2011, año en el que pintó con ellos por primera vez.
Su sentir por pertenecer al HCNK “está muy chingón, porque yo fui el morro que empezó con revistas, yo fui el morro que empezó a ver la escena del graffiti en revistas donde salía el Siler, donde salía el Dunk, donde salía la gente con la que ahora formo parte (del crew) y siempre fue como un sueño, mínimo salir a pintar una bomba con ellos, o mínimo tener una firma de ellos en algún cuaderno, y ahora veme aquí, estoy hasta en su crew, pinto con ellos, son mis carnales, es como una evolución”, platica.
En lo que lleva pintando, siempre se ha dedicado a lo ilegal. “Toda mi vida siempre he hecho graffiti ilegal, ya sea desde tags, pegar calcomanías caseras, hacer mis stickers caseros, pintar con lo casero”.
Cuenta que prefiere pintar en la calle de manera ilegal “y que sea graffiti”, a pedir una barda o pedir algo para hacer algo más trabajado. “Sí lo he hecho, pero no es lo mismo, no me apasiona, no siento la misma necesidad de hacerlo”.
En el graffiti, ha tenido experiencias tanto buenas como malas. “Conocer mucha gente de otros países, pintar con gente de otros estados de aquí del mismo país, he conocido demasiadas amistades, así como el graffiti da, también quita”.
Cuenta que el graff puede meterte en problemas, puedes pelearte con la gente, “te gritan, te roban los mismos policías, te metes en problemas en muchas cosas, pérdida de dinero, accidentes que te pueden pasar”.
Una de las experiencias malas que recuerda, es una ocasión en la que estaba pintando en un aéreo. Cuenta que al terminar de pintar e internar bajarse, cayó dos pisos. “Dos veces me he caído de lugares, también he tenido problemas de que me han amenazado los policías, me han puesto una pistola aquí (señala su quijada), me han golpeado, me han abierto la cara (…)”.
Dice que a pesar de todo eso, vale la pena seguir pintando, pues es como una adicción. “El graffiti es como una droga, siempre vas a estar ahí, porque es lo que te llena, lo que te sube el autoestima, lo que te llena de adrenalina, siempre va a estar presente”.
Ante el cuestionamiento de si el graffiti es vandalismo o arte, Bager se inclina por la primera opción. “El graffiti siempre va a ser vandalismo, porque yo creo que, así como mucha gente piensa que puede ser arte, hay mucha gente que piensa que es solamente vandalismo, o cosas ilegales, ¿Por qué? Pues porque va en contra de las leyes, al fin y al cabo no está permitido hacerlo.
“Si definimos la palabra arte puede tener muchos significados, porque el arte, el simple hecho de hacer una silla, eso es arte, entonces hay mucha contradicción en el graffiti, pero para mí, no es arte, simplemente es estar alterando una parte de la ciudad con pintura”, señala.
El graffiti, señala, es mucha enseñanza empírica, pues te enseña a dibujar, a hacer letras, a deformar letras, a hablar, a expresar algo. “El graffiti me ha enseñado demasiadas cosas, tanto buenas como malas”.
Cuenta que nunca ha pensado en dejar de pintar, pues es lo que le llena. “Toda mi vida se basa en graffiti: conversaciones, amistades, todo es basado en graffiti, tantos años no creo que lo deje, a menos que me muera, yo creo que es cuando lo deje”.
Para concluir la entrevista, Bager recomienda a los escritores de graffiti ilegal juntar dinero “para cualquier atorón con los puercos”, pues sabe que va mucha gente empezando en este mundo. “Boceteen, creen letras, hagan lo que les gusta, no hagan lo que les digan, preocúpense en sí mismos, en su persona, y pinten en la calle siempre, que es donde se ve, donde está, en la calle”, concluye.
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