Foter pinta desde hace 15 años, sin embargo, debido a ciertas responsabilidades como sus cuatro pequeños, no ha sido constante
Por: Miguel Flores/KlandestinoTV
Foter inició en el mundo del graffiti cuando iba en la secundaria. La placa que escogió para plasmarla en los muros de la ciudad, le llegó de manera espontánea, pues, cuenta, no hay ninguna razón en especial por la que escogió ese sobrenombre.
Llegó al graffiti, como ya se mencionó, en la secundaria, por moda. “Me empezó a llamar la atención, yo siento que me llamó la atención porque desde morro me latía dibujar, y quieras o no, el graffiti es una parte que ocupas dibujo”.
Lleva 15 años pintando, sin embargo, no ha sido constante. “No es algo a lo que le doy mucha prioridad, porque ya te embarcas, tienes gastos, pero en sí, cuando tengo un extra sí voy y me compro botes, porque siento que sí ya es un lujo pintar. El aerosol está bien caro, la verdad es que quien a la fecha pinta, es porque tiene la solvencia”, menciona el escritor, principalmente, ilegal.
Foter dice que es de los que piensan que dejarán de pintar hasta que tengan 50 o 60 años, hasta que pueda agarrar un aerosol, pues le gusta mucho. “No hay un por qué, porque ni te pagan, no ganas nada en sí, más bien le inviertes dinero, tiempo, pero te late, es algo como que te gusta sacarlo”, dice.
Fuera del graffiti, Foter se considera hogareño, pues dice, es muy apegado a su familia, y tiene cuatro hijos. “Soy de los que voy a recoger a mis hijos, los traigo, hago tarea, hago quehacer”.
El escritor de graffiti cuenta que dibuja desde muy pequeño, siendo apenas un niño de siete años. “Siento que a mí el dibujo sí es nato, el otro día me estaban viendo dibujar mis hijas (y me dijeron), oye hazme éste, y haz de cuenta que agarro un dibujo y con pluma, no soy de los que borro, lo veo y lo trazo y me queda así tal cual”, expresa.
100% Ilegal
Para Foter, la escencia del graffiti es ilegal, sin embargo, hay muchos escritores le dan muy bien al legal. “Eso sí es arte, lo que yo hago no es arte, es como vandalizar y chingar al prójimo, es nomás como satisfacción propia ver ahí desmadrada una pared”.
Cuenta que en este momento de su vida, ya busca spots más “culeritos”. “Antes te valía madres y llegabas y le dabas en la madre a su fachada, pero ya viendo ya desde este lado, ya dices: no manches, imagínate cuánto le ha de costar arreglar eso”.
Una anécdota que recuerda, es cuando comenzaba a graffitear y lo golpearon unos sujetos ebrios. “Ahí sobre Churubusco había unos güeyes borrachos, todos se echaron a correr, por güey la neta me apañaron, y ya me arrodillaron y unos putazos, yo un morrillo, tenía como 15 años, para eso tuve suerte, pasó la policía y ya (les dijeron) que estaba graffiteando, yo traía como 50 pesos, (y me dijeron) pues échalos morro, y ya vete, y yo les dije: no, es que me pegaron, o sea tuve más suerte, porque yo creo que si no hubiera pasado la patrulla, si me daban una verguiza”.
Otra experiencia que recuerda, es una ocasión que se subió a un aéreo, y el dueño de la casa salió. Cuenta que se tuvo que esconder en las alturas, pues no podía bajar porque ya lo estaban esperando las patrullas. “A la suerte, también el graff es como que suerte, un chingo de suerte, siempre tienes que salir con la mentalidad de que no va a pasar nada”, cuenta.
Su familia, en ocasiones le cuestiona por qué hace graffiti, y a su esposa no le gusta que se dedique a él.
Nunca fui de Crews
Foter señala que él nunca ha sido de Crews, aunque un tiempo perteneció a uno, el LB. “Yo lo veo más de un crew como que tu amistad, como que tu círculo es tu crew, cuando sí le daba en realidad al graffiti, había chavos que se juntaban conmigo y de vez en cuando disque ponían su placa, pero ni pintaban, yo lo veo más así como amistad, como que tu crew es tu círculo, tu bandita, tu círculo de amigos”.
Dice que puede pintar a cualquier hora, pues siente esa adrenalina, sin embargo, le gusta más en la noche. “A mí lo que me late es como que amanecerme, como que pintar toda la noche, como ver la ciudad, es muy diferente la ciudad de día que de noche, yo digo que a todo graffitero ilegal es lo que le gusta, salir, recorrer las calles, inclusive manejas en la noche y es diferente”.
Explica que, para él, la calle es fea, pues gracias a ella conoció las drogas, las fiestas, “tienes que limitarte en todos esos aspectos”. Concluye señalando que actualmente, “puro chavorrucón estamos dándole”, pues a los jóvenes en la actualidad, ya no les llama la atención.
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