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"Los doctores me dijeron que tenía que dejar de hacerlo": Shine y su obsesión por el graffiti

mikefloresm93

Actualizado: 9 nov 2022

Shine es un grafitero originario del oriente del Estado de México, y lleva aproximadamente 25 años pintando; con su arte, busca expresar a las personas su sentir

Por: Miguel Flores/KlandestinoTV


Cuando era niño, Shine acompañaba a su madre al hospital, y en el camino, pasaba por la calzada Zaragoza, al oriente de la Ciudad de México, en donde en una ocasión vio en un muro con letras pintadas de tres colores: azul, negro y blanco. Al preguntarle a su mamá que quién hacía eso, ella le dijo que “alguien que está loco”.


Este hecho fue un parte aguas en su vida, y aunque no sabe qué decían esas letras, que luego supo que eran un graffiti, y no sabe si la persona que las hizo sigue viva o no, fue su inspiración para dedicarse al arte urbano.


“Yo asociaba a esa gente, a los vagabundos, gente que mentalmente no estaba sana, yo los llegaba a ver y yo los observaba en la calle esperando que hicieran algo así, no sabía qué escribían o por qué lo hacían (…) a lo mejor si tengo que decirte de alguien que me inspiró o que de alguna forma podría yo admirar o respetar, tal vez sería esa persona que, obviamente era un desconocido para mí, no sabía quién era, ni por qué lo hacía, ni quién fue, tal vez siga vivo, muerto, no lo conozco, pero yo recuerdo que cuando frecuentaba mucho el centro de la Ciudad de México, veía eso y muchas otras cosas, y eso me inspiró porque yo sabía que había alguien que estaba haciendo algo, que estaba fuera de lo que en mi pequeño mundo comprendía y que muchos adultos tampoco comprendían”, cuenta en entrevista con KlandestinoTV.


Shine es un grafitero originario del oriente del Estado de México. Del municipio de Chalco, para ser más precisos. Lleva entre 24 y 25 años pintando, aunque, dice, en un principio lo hacía de manera muy rudimentaria, como la mayoría en sus inicios.


Su talento le ha dado la oportunidad de vivir del graffiti, pues trabaja para el gobierno del municipio en el que vive, pintando murales en diferentes sitios.



Shine se describe como una persona que está muy adentrada a la pintura, el dibujo, el graffiti, que es algo que lo identifica como artista en la generación en la que le tocó vivir. “El elemento del graffiti creo que fue una plataforma, un parte aguas en mi vida, que me permite hacer cosas, expresar, tratar de transmitir lo que yo siento, tratar de transmitir emociones y de alguna forma, tratar de exteriorizarlas, y el seudónimo de Shine, es algo que de algún modo adopto porque considero que esta parte de mí, como Shine me representa más que con mi propio nombre ante el público, ante la gente”.


Explica que viene de una generación donde el graffiti se utilizaba mucho porque representaba a los jóvenes. “El ska, el graffiti, la patineta, elementos de este tipo, y yo crecí en esta generación, como muchos grafiteros de la época, y obviamente un proceso de aprendizaje que duró muchos años; mis primeros pininos eran líneas, rayas, pintar las libretas, elementos muy básicos de conocer el graffiti”.


A Shine, de unos años para acá, lo inspira mucho en sus obras la interpretación de la muerte desde su perspectiva. “Muchos amigos y familiares han fallecido, por diferentes razones, entonces, he tratado de tener una interpretación distinta de la muerte a como la tenía yo cuando era más joven, no sé si es porque estás más cerca de la muerte, o porque en realidad como adulto, ya ves las cosas de una manera distinta, una realidad más fuerte”, dice el artista.


Cuando empezó a pintar, comenzó haciendo graffiti ilegal, sin embargo, poco a poco empezó a desarrollar el gusto por hacer cosas más elaboradas, pues siempre le ha gustado desde pequeño dibujar, algo que incluso, lo llevó a concluir una carrera de Diseño Gráfico, y posteriormente, dedicarse de lleno al graffiti legal. “Terminé practicando muchas técnicas de pintura, conozco muchas técnicas y el refugio que encontré en cuanto a las cosas que me representaban cuando era más joven, era el graffiti, como a muchos, hay gente a la que representaba la música, el rock, en este caso, veníamos de la cultura del Hip-Hop, el Breack Dance, el graffiti, DJ, cosas de este tipo que nos representaron a todos en algún momento”.


Su gusto por el dibujo, en un momento de su vida se llegó a convertir en un problema de salud, pues, cuenta, que “normalmente, los que estamos inmersos en el dibujo, la pintura, el arte tal cual, a veces somos víctimas de los excesos que ocurren de desarrollar esto a un nivel muy complicado. Yo dibujo demasiado, a mí me gusta mucho, y los doctores me recomendaron dejar de hacerlo porque era demasiado, yo tenía que tener otro ritmo de vida, un deporte, tenía que ir al cine, hacer actividades fuera de eso, y yo al final terminé inmerso en esto, porque lo tomé como terapéutico, y seguí dibujando, es como esa parte de que te prohíben algo, y lo sigues haciendo para salir de eso mismo”.



Explica que hay gente que se dedica de lleno a una cosa, y eso mismo lo rebasa, por lo que, al final, terminan perdiendo más de lo que consiguen. “El dibujo, la pintura, el graffiti, me da cosas pero yo siento que si me ha quitado más; lo poco que me da son satisfacciones que me han enriquecido mucho como ser humano, y es el tipo de vida que he llevado, y que sigo llevando, quizá no es lo mejor, pero trato de llevarlo de la mejor forma posible”.


Cuenta que hubo un tiempo en el que intentó hacer otro tipo de arte, como la escritura, sin embargo, no se le dio. “Yo creo que la forma en la que dibujo hoy en día, le pongo color, le pongo textura, algunos elementos, es una forma en la que estoy tratando de expresarme, en vez de hacerlo escribiendo, lo hago dibujando, mi expresión, en vez de hacerlo con palabras, lo hago con dibujos, personas gritando, animales, seres humanos desnudos, ojos, bocas, dientes, cráneos, mi forma de expresar es eso, colores, buscando esa libertad que te da el arte, la pintura, la vida, lo que estamos buscando todos, yo creo que ser feliz, compartir, estar, existir, todos esos elementos que estás buscando para ser un ser humano completo, aunque quizá en ese proceso termines siendo un ser humano incompleto, porque eres un ser humano en un proceso evolutivo que está tratando de ser algo que tal vez nunca va a empezar a ser, o encontrar una libertad que le permita ser feliz”.

Shine ha tratado de entender que la pintura es un proceso de aprendizaje muy difícil, porque hay gente que no lo valora, y cree que, especialmente México, es un país que no lleva el arte a un buen puerto. “Siempre ha sido así, muchos jóvenes de hoy en día, chicos que se dedican a hacer griffiti, actividades artísticas en general, siempre ha habido esos problemas, esas barreras, esas piedras en el camino que tienes que ir sorteando, y yo fui una persona joven que trató de crecer, vivir y sobrevivir del arte, como muchos, muchos se quedaron en el camino, y yo he tratado de llevarlo.

“Me di cuenta de que si quería lograr algo importante en esto, tenía que esforzarme y crecer más, como persona, como individuo, como ser humano, es ese proceso de aprendizaje y crecimiento, yo creo que nunca terminas de aprender y nunca terminas de aceptar que eres un artista como tal, sino que eres un ser humano que tal vez percibe las cosas de una forma diferente”.


Anteriormente, Shine firmaba sus pintas, sin embargo, de un tiempo para acá dejó de hacerlo. Explica que esto es porque quiere que la gente que ve sus graffitis, más allá de que sepan quién lo hizo, que lo disfruten. “Quiero que sepan que eso es algo que alguien hizo, obviamente, pero no lo hizo con la intención de buscar el reconocimiento, la fama, sino tratar de expresar algo que iba más allá de ser reconocido como un individuo, y que su intención era otra”.




Dice que tal vez esto no lo entienden muchas personas, y que incluso él, en algún momento tampoco lo comprendía, “pero me ha permitido ser una persona desprendida con mi trabajo y desprendido con las intenciones de querer mejorar o sobresalir buscando el egocentrismo, de alguna forma tratar de decir: yo, mi ego, etcétera, soy una persona que trata de hacer lo que le gusta y compartirlo con los demás, es lo único que estoy tratando de hacer.


“Yo no sé cuánto tiempo me quede en este planeta, y el poco o mucho tiempo, pienso pasármela bien, compartirlo con las personas, y creo que lo estoy haciendo, y no quiero ser una persona que diga: yo hice esto, por esto y esto, no , no, no, voy a dejarlo fluir, compartirlo, yo creo que mi reconocimiento sería a mi trabajo, pero desde mi perspectiva, porque yo sólo sé lo que me ha costado, el tiempo, la salud, el esfuerzo, la dedicación, para que alguien venga y te diga: estás bien, estás mal, te reconozca algo que solo tú sabes… sólo quien ha cargado la mochila sabe las pinturas que trae”, menciona.


Shine tiene una característica en sus graffitis, pues cada uno de ellos está lleno de color. Dice que esto es porque ha estado en una búsqueda constante de un estilo propio, y siempre ha sido participe de ver el trabajo de otras personas y crecer a partir de eso, sin embargo, le ha costado mucho entender que el estilo propio se consigue a partir de la libertad creativa.


“Mientras tenga uno un proceso metódico de decir: voy a hacer esto: 1, 2, 3, 4, 5… no lo vas a conseguir, tienes que empezar a saltar ciertos patrones de comportamiento, ciertos patrones de color, estar buscando esa libertad creativa, que es muy complicada porque choca con lo que sabes, con lo que conoces, con lo que los demás conocen, con el trabajo y la mentalidad de los demás, mucha gente que se dedica a la pintura se me ha acercado y me dice que está mal hecho, porque la continuidad de los colores está mal, los procesos están deficientes, yo lo sé, yo lo entiendo, pero he tenido que abandonar eso para tratar de buscar la libertad que me permita ser quien soy o exteriorizar lo que siento, yo creo que a partir de los colores o las formas”.


Explica que él no mezcla colores, como muchos grafiteros hacen, sino que los aplica directamente. “Trato más que nada buscar esa sensación de libertad que la pintura, el graffiti, en mi caso me da”.



Dice que él ya está dejando de lado las opiniones que las demás personas tienen de su trabajo, pues son seres independiente, con ideas distintas, pero él trata de hacer algo que lo identifique del trabajo de los demás. “Hay muchos trabajos de artistas que vienen en ese proceso de aprendizaje que al final se ven muy similares unos con otros, entonces, tratamos de buscar esa identidad y, en ese proceso, a lo mejor la conseguimos o no, pero solo las personas que lo vean serán quienes puedan decirlo, si es original, si tiene un estilo propio, pero es muy complicado de encontrar porque a lo mejor ya lo tienes, pero no lo sabes”.


Shine, hace años, pertenecía a un crew, sin embargo eso lo dejó de lado porque, cree, “estamos en un proceso de cambio y si no cambias, no mejoras, muchos de ellos siguen arraigados en ese tipo de equipos de graffiti, yo lo dejé porque me di cuenta que también necesitaba un espacio personal para crecer y desarrollarme, y ahora soy un artista independiente, y trató de encontrarme a mí mismo en el graffiti”.


El arte urbano le ha permitido conocer otros estados de la república, pues ha viajado a ellos para pintar, como Hidalgo, Cuautla, Puebla, Tlaxcala, Querétaro, Veracruz, Oaxaca, entre otros. Sin embargo, dice que al viajar, su intención no es la de conocer esos lugares, sino con que lo conozcan a él y a su arte.


A Shine, el graffiti le ha enseñado, en estas más de dos décadas que lleva en él, a tratar de exteriorizar las emociones que tiene, la forma en la que traza las cosas. “Es como exteriorizar una emoción, el alma, la vida, el alma en el cuerpo, tratar de exteriorizar las emociones, por medio de los sentidos utilizando los elementos físicos para que la gente pueda observarla en un mundo material; es trasladar una emoción a un mundo material, yo creo que es lo que más me ha enseñado.

“Yo he tratado de buscar hacer: las emociones, los pensamientos y las ideas, trasladarlas a un mundo material a partir de utilizar los elementos que la naturaleza te da, como la pintura, las piedras, la escultura, para que otro ser humano lo pueda ver y con esos mismos sentidos lo jale a su cuerpo y a su mente, y trate de entender al ser que está haciendo eso, es una búsqueda de comunicación de dos seres distintos, con pensamientos distintos, que tratan de encontrar un vínculo de comunicación a partir de los elementos que la misma naturaleza les da, es lo que me ha enseñado, tratar de comunicarme por medio de eso”, explica el artista.



Menciona que a él le gusta pensar que el graffiti va a evolucionar de alguna manera, “donde todos los grafiteros, ojalá pueda ser así, transmitan sus emociones, unas emociones que les permitan ser ellos mismos, lo que quieren expresar abiertamente y no como algo que sea bonito, agradable o de fácil comprensión, sino que estén buscando algo donde ellos literalmente estén exteriorizando todas sus emociones, frustraciones, problemas, algo más terapéutico, con la intención de que podamos entenderlos y que la gente nos entienda”.


“Somos seres humanos, seres vivos, que reímos, lloramos, estamos frustrados, tenemos problemas, emociones, y que lo que estamos buscando es eso, vivir y transmitir lo que sentimos a partir de la pintura, la música, el graffiti… venimos de una generación que nos hizo así, y que estamos en ese proceso tal vez de digerirlo, y que ojalá en el futuro se pueda. Yo estoy tratando de poner mi granito de arena en este mundo del graffiti, habrá gente a la que les parezca bien, o les parezca mal lo que hago, no les gusta, pero es una forma en la que yo percibo la realidad en la que he crecido, en la que yo vivo, y ese sería mi sueño, mi esperanza, de que algún día los grafiteros puedan hacerlo libremente, con una libertad plena que nos haga entender quiénes son ellos, y ellos sepan quiénes son en realidad, que se puedan abrir con el graffiti, que sea la herramienta para expresar quiénes son en realidad, y que nos permitan saberlo a partir de su trabajo”, concluye Shine.


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